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- Arte autorreferencial para sobrevivir y sanar
Hace unos años, cuando la vida se me hacía muy pesada y las fracturas de mi corazón dolían demasiado, mi escritura empezó a girar hacia adentro: ya no buscaba crear fantasías más allá de mí, sino que intentaba describir crudamente lo que estaba en mi interior. Consideraba lo que hacía con mi escritura como pintar con palabras, pues mis emociones se me hacían claras en imágenes metafóricas que describía en textos. Luego, la necesidad de expresión comenzó a manifestarse como necesidad de dibujar, pues, aunque me parecía que algunas imágenes se disfrutaban más al narrarlas, otras, sencillamente, necesitaban ser vistas. No respondí a esta necesidad prontamente porque, a pesar de que yo ya dibujaba, así como ocurrió con mi escritura, lo que me sentía llamada a hacer eran autorretratos y esa la juzgaba como una idea arrogante. Cuando finalmente lo dejé salir (2015), el primer autorretrato que hice me confrontó con todo el dolor que no había podido ver: Casi desde que hice ese autorretrato, sabía que su culminación era el autorretrato que presento hoy, pero no había sentido que podía comunicar la metáfora genuinamente hasta ahora. Ya que la nueva pieza por fin puede ver la luz, quise acompañarla con la historia sobre cómo el arte autorreferencial ha sido clave en mi proceso de sanación. Como recurso para ello, busqué un texto que había escrito dos años después de ese primer autorretrato, en el pico de mi crisis, y que afortunadamente, desencadenó la integración de lo vivido y mi camino de sanación. Al releerlo, me conmoví profundamente, es un texto brutalmente honesto, y pensé que lo que necesitaba escribir era, en cambio, una carta a esa Nathaly deprimida y rota para hacerle entrega del nuevo autorretrato: Amada Nath: He comprendido que cuando el corazón se rompe es porque se está expandiendo, está adquiriendo mayor capacidad de amar. Creo que eso es por lo que estás atravesando tú. Pero no quiero minimizar tu dolor, sé lo desgarrador que es y te agradezco por haber elegido vivir en medio de todo. Me sorprende que puedas articular con tanta claridad tus conflictos porque creía que esas habían sido asimilaciones de los años recientes. Sin embargo, como bien lo dices, tienes ahí tus piezas rotas (identificas el problema y parte de la solución) pero no sabes qué hacer con ellas y estás convencida de que no eres quien te puede reconstruir. Me alegra y me conmueve profundamente decirte que sí eres quien lo puede hacer. Ahora, somos expertas en kintsugi. Mírate, marcada por el oro, una pieza digna de exposición -pero no por el oro, siempre has sido así de valiosa, solo que ahora hemos decidido vernos completas y mostrarnos. Han pasado ya 5 años y, aunque no son las mejores noticias para ti, tienes que saber que lo que tú vives es nuestro peor momento. No nos hemos vuelto a sentir tan desesperanzadas y desgarradas, a pesar de que hemos pasado por situaciones muy dolorosas, como es normal en la vida. Amada, tu esperanza no fue en vano: hoy ya no eres como ayer. Con amor, Nath. El arte ha continuado siendo una herramienta valiosa en mi proceso terapéutico, mis producciones a través de los años evidencian mi progresiva sanación. Ahora, mis ilustraciones suelen ser empoderantes y esperanzadoras. Sin embargo, no le temo a retratar mi oscuridad nuevamente, hoy cuento con herramientas para relacionarme con ella saludablemente. Agradezco por el arte en mi vida, porque me ayuda a ver y resignificar. Notas: Aprovecha cualquier forma de arte que sea cercana a ti como herramienta introspectiva. Si estás pasando por momentos como los que yo viví hace unos años, lo más probable es que sí puedas salir de ese lugar oscuro, pero, por favor, pide ayuda, es necesaria. Si deseas apoyo terapéutico profesional, puedes contactarme.
- Amar a Capricornio
Durante los últimos dos años, la astrología evolutiva y psicológica han sido herramientas muy útiles para mejorar mi relación conmigo misma y comprender el mundo de una forma más amigable. Uno de los conceptos que más ha impactado mi proceso personal es el de amar y aceptar mi sol, es decir, mi signo solar que es Capricornio. Una de las cosas que habían sido una barrera para beneficiarme de la astrología antes, eran las descripciones prejuiciosas y fijas de Capricornio que solo hablaban de ambición o apego a la norma, y me costaba reconocer esas características en mí. Actualmente, considero que esta es una mirada sesgada y estrecha del arquetipo de Capricornio. Cada signo y cada planeta tiene aspectos luminosos y de sombra, y está en la interpretación del astrólogue presentar estos aspectos naturalmente, sin juicios de valor. La astrología evolutiva entiende la carta natal como un mapa de desarrollo personal para integrar luz y sombra al servicio de la autenticidad y de contribuir desde ocupar mi lugar en el mundo. Esta mirada me permitió empezar a aceptar mi signo solar, en términos psicológicos, una parte fundamental de mi yo. Amigarme con Capricornio, amigarme conmigo misma, ha sido un camino rico en experiencias en las que he comprendido el significado en la práctica del amor propio. He sufrido mucho por resistirme a amarme a mí misma en los lugares que no me gustan de mi forma de ser, pues me tomó un buen tiempo asimilar que amarme a mí misma no significa que me guste todo de mí, y que no tengo que odiar las cosas que no me gustan de mí ni culparme por ellas. Y esto toca algo que he identificado como muy saturnino*: la moralidad, la dualidad del bien y el mal. Por mi crianza, mi forma aprendida y automática de concebir la realidad era entre los extremos de lo bueno y lo malo. Mi relación conmigo misma, aún cuando tenía la intención de hacerla más amorosa, fue por un buen tiempo una oscilación entre estos dos conceptos con cada aspecto de mí misma, una sucesión de intentos por convertir lo "malo" en "bueno" o por eliminar o reprimir lo "malo". En otras palabras, mi relación conmigo misma era una constante persecución interna, que se expresaba en sueños recurrentes en los que intentaba escapar y en leer rígidamente a las demás personas como esto o aquello, entorpeciendo mi habilidad para relacionarme. Un aspecto relevante de Capricornio es su relación con la norma, pues es un signo de Tierra que comprende que hay aspectos tangibles e innegociables de la realidad y que la disciplina puede ser una excelente herramienta para alcanzar metas. Esto se puede expresar en la habilidad de crear estructuras y ejecutar planes meticulosamente, así como en el autoritarismo o la visión sesgada de que existe una forma correcta de ser o hacer. Esta última es la sombra de Capricornio, desde la que me estaba relacionando conmigo misma. Era demasiado dura conmigo, la culpa era mi compañera frecuente, por esto, tampoco lograba integrar la luz de Capricornio, ni aceptar mi sol. Recientemente, mi proceso de psicoterapia me ayudó a ver que le temía al arquetipo de Capricornio porque solo me estaba mostrando a mí misma el autoritarismo. También rechazaba la estructura y disciplina en ciertas áreas de mi vida porque podía identificar inconscientemente que era otro aspecto de la misma energía. Cuando vi la sombra con amor, pude comprender que ver una única opción como correcta viene de mi deseo de cuidar, proteger y procurar tanto beneficio como sea posible para mí y otras personas (patrón de amor que recibí en mi infancia), mezclado con la capacidad de análisis de ventajas y desventajas. Esta observación compasiva, más allá del bien o el mal, me permitió entender que podía elegir cómo direccionar ese cuidado, ese amor, que podía soltar la rigidez cuando es innecesaria, y abrazar la estructura como una guía amorosa cuando es funcional y como una base para la construcción de confianza. De esta forma, siento que he podido aceptar y amar mi sol más profundamente y en todos sus aspectos. En la pasada luna nueva de enero, en Acuario, hice una meditación de reconciliación conmigo misma y todos mis rasgos capricornianos, y al terminar la meditación, canalicé un dibujo de mi Ser Superior en el que la forma con la que usualmente le visualizaba se actualizó y ahora, integra elementos del simbolismo de Capricornio. Esta ilustración la sentí como un portal a una nueva forma de relacionarme conmigo misma, una muestra de que lo que estuve cultivando cuidadosamente por dos años está dando frutos. Adicionalmente, bajaron unas palabras de mi Ser Superior que también se sintieron como una gota de miel para las heridas del corazón: "Amas mucho y quieres cuidarlo todo. Sal del modo supervivencia. No existen enemigos". Dibujar a través de la canalización consiste en colaborar con una energía que deseo canalizar (en este caso, mi Ser Superior) y dejar que lo que sea que cree sea libre, intuitivo, sin buscar formas específicar ni virtuosismo, permitiendo que el dibujo se revele bajo el lápiz. Por esta razón, en el momento mismo, no reconocí toda la simbología de Capricornio que contiene la ilustración, la aprecié más tarde al digitalizarla. Este dibujo es también una forma de autorretrato, técnica que me ha entregado llaves a mi mundo interior y a tesoros de amor propio desde tiempos en los que mi única herramienta terapéutica era mi creación artística. Toda práctica que realicemos intencional y constantemente nos lleva a descubrir más del Amor Infinito que nos habita y construye. *de Saturno, regente de Capricornio
- Breve guía para navegar nuestras emociones Pt. 2
En la primera parte de esta guía, te compartí algunas generalidades sobre las emociones para que puedas tener herramientas para navegarlas. En esta segunda parte, te daré ciertos tips sobre qué estrategias puntuales puedes utilizar. ¿Cómo se procesan las emociones? Las emociones son energía en movimiento y como tal, deben transmutarse en otro tipo de energía, no pueden ser eliminadas. Las emociones siempre son procesadas consciente o inconscientemente. Según el tipo de procesamiento que tengan, pueden generar efectos de bienestar o malestar. Por ejemplo: Hablar de nuestras emociones con alguien más utiliza esa energía para crear lazos sociales. Escribir, dibujar o tocar un instrumento invierte la energía en un proceso creativo. Comer en respuesta a alguna emoción utiliza esa energía en la digestión. Alterar nuestra consciencia para evitar sentir ciertas emociones, las transforma químicamente en otras emociones que hacen la energía más disponible para actividades productivas o recreativas. Reprimir nuestras emociones estanca la energía en nuestro sistema y esta busca salida de alguna forma, como a través de síntomas físicos, episodios agresivos con otras personas, pesadillas... Las emociones generan la liberación de neurotransmisores y hormonas que invierten esa energía en otros procesos químicos o físicos en nuestro cuerpo. ¿Cómo puedo desarrollar estrategias de procesamiento emocional saludables? Hacernos conscientes de nuestras formas particulares de procesamiento emocional nos ayuda a usar estrategias cada vez más saludables. Para ello, debemos indagar en ciertas áreas: A) Conocer nuestras emociones en nuestro cuerpo. ¿Cuáles con las emociones más comunes en mí? ¿Tengo emociones que actúen como máscaras para otras emociones que no quiero sentir? ¿Cómo se expresa cada emoción en mí? ¿Qué genera la ira, la tristeza, la rabia? B) Conocer cómo transformo la energía de mis emociones ¿Reprimo ciertas emociones? ¿Me encuentro en problemas constantemente por alguna emoción en específico? ¿Busco acciones para escapar de mis emociones? ¿Elaboro mis emociones de alguna forma? Hablar, arte, ejercicio, meditación… C) Entender y ajustar las creencias que desencadenan mis reacciones emocionales. Esto es lo que posibilita la sanación. Cada que sienta una emoción que no sé cómo manejar, me pregunto: ¿qué creencias me hacen identificar esta situación como una amenaza, pérdida, ataque, etc.? ¿Dónde aprendí esta creencia? ¿A partir de qué experiencia desarrollé esta creencia? ¿Esta creencia desencadena emociones que me causan sufrimiento? ¿Cómo puedo transformar esa creencia? Algunas herramientas pueden ser un libro, ver un terapeuta, hacer arte, llevar un diario, meditar, asistir a algún grupo de apoyo. D) En algunas ocasiones, nuestras emociones solo necesitan espacio para ser sentidas. Parte de un procesamiento saludable es aceptar la incomodidad de ciertas emociones. Está bien sentirse mal y no hay que estar sonriendo todo el tiempo. E) Y si todo se siente demasiado difícil, está muy bien pedir ayuda. Espero que las emociones ya no te parezcan un océano implacable, ahora tienes un barco que sabes cómo navegar para que las mareas emocionales no te lleven a su voluntad.
- Breve guía para navegar nuestras emociones. Pt. 1
A veces, las emociones parecen muy complejas y nos sentimos ante un océano implacable que nos lleva y nos trae inevitablemente. En la primera parte de esta guía, te daré información que puede ser como la madera con las que empieces a armar un barco para navegar ese océano. ¿Qué son las emociones? Las emociones son reacciones psicofisiológicas, es decir, tienen que ver con nuestros comportamientos y estados mentales, así como con reacciones químicas y físicas en nuestro cuerpo. Podemos comprender las emociones como diferentes formas de energía que se moviliza por nuestro cuerpo. Varias teorías indican que hay 6 emociones básicas que los humanos compartimos con otros animales: Sorpresa Asco Tristeza Ira Miedo Alegría Otras emociones más complejas se forman a partir de nuestras emociones básicas y están más influenciadas por aprendizajes culturales. ¿Cómo se activan las emociones? Biológicamente, ciertos eventos desencadenan determinadas reacciones emocionales, como sentir miedo al ver un depredador. En los seres humanos, la mayoría de emociones están mediadas por nuestras creencias, por tanto, un mismo suceso no siempre genera la misma respuesta emocional en dos personas. Los sucesos que nos ocurren, las personas con quienes nos encontramos, y los pensamientos que tenemos no causan nuestras emociones directamente, sino que son interpretados o filtrados a través de nuestras creencias, lo que desencadena una reacción emocional determinada. A su vez, las emociones pueden generar otras emociones al pasarlas por nuestro sistema de creencias y generar juicios de valor sobre ellas. ¿Para qué sirven las emociones? Las emociones son funcionales, nos ayudan a interactuar con el mundo y otras personas, y a procesar información externa e interna. Algunas emociones nos recargan y catalizan procesos de reparación corporal y mental, como la alegría. Otras emociones nos protegen del peligro, como el miedo o el asco. La ira nos moviliza para buscar reparación. La tristeza nos permite estados profundos de contemplación e introspección. En general, las emociones son marcadores o indicadores de eventos o procesos que requieren nuestra atención y acción interna (cambiar nuestras creencias, sanar una herida o trauma) o externamente (salirme de una situación de abuso, tomar acciones reparadoras hacia alguien). Espero que con está información puedas dejar listo tu barco. En la segunda parte de esta guía, te daré tips para que descubras cómo dirigirlo.